La embarcación, interceptada frente a las costas de Nariño, contenía un cargaJNG con una tonelada de cocaínamento de droga valuado en 18.6 millones de dólares y se dirigía a Costa Careyes, Jalisco; hay tres detenidos
San José. – El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) recibió un fuerte golpe de la policía antidroga de Colombia, que le decomisó más de una tonelada de cocaína que, valorada en 18.6 millones de dólares, pretendió traficar en un semisumergible o submarino de construcción artesanal por aguas del Océano Pacífico a México, anunciaron este lunes fuentes oficiales en Bogotá.
La Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia, en un operativo conjunto este domingo con la Armada de ese país, interceptó la embarcación frente a las costas del sureño departamento (estado) colombiano de Nariño y capturó a tres hombres, precisó un reporte policial suministrado a EL UNIVERSAL.
El caso reconfirmó que el CJNG, una de las más poderosas organizaciones del crimen organizado de México en la narcoactividad, mantiene una intensa presencia en Colombia, que es el principal productor mundial de cocaína.
La Dirección detalló que “este semisumergible, que tendría un costo aproximado de 1.2 millones de dólares, tiene una capacidad de carga de hasta tres toneladas y cuenta con un sistema de navegación satelital que, según las investigaciones, le iba a permitir llegar a su destino en Costa Careyes, estado mexicano de Jalisco, en la primera semana de septiembre” próximo.
“Los trabajos de inteligencia e investigación criminal de la Policía Nacional, en el marco de la ‘Operación Tritón’, indican que el cargamento pertenecería al Grupo Armado Organizado Residual (GAOR) E-30 (colombiano) y que el objetivo era dejarlo en manos del Cartel Jalisco Nueva Generación”, reconfirmó.
Las inspecciones permitieron a las autoridades colombianas establecer preliminarmente que la embarcación transportaba un total de mil 55 kilos del estupefaciente que “alcanzaría un valor de 18.6 millones de dólares en México”, precisó.
De acuerdo con el recuento oficial, la organización E—30 está bajo el control de un colombiano identificado con el alias de “Mahecha” y delinque en distintos municipios de Nariño y de otras regiones, como presuntamente responsable de homicidios colectivos y desplazamientos forzados.
“Adicionalmente, las investigaciones, efectuadas en cumplimiento del Plan Choque ‘Construyendo seguridad’, establecen que esta estructura criminal también tendría nexos en materia de narcotráfico con el ‘Cartel del Golfo’ de México y alianzas en Colombia” con una red mafiosa conocida como Gentil Duarte, con el presunto objetivo de “expandir su influencia criminal en el suroccidente del país”, puntualizó.
Los tres tripulantes del semisumergible quedaron a disposición de la Fiscalía General de Colombia, informó.
El rastro el CJNG activó las alarmas en Colombia desde hace varios años, tras nacer en México, cruzar por Centroamérica e instalarse en suelo colombiano en asocio con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un movimiento guerrillero comunista acusado de participar en negocios de producción y contrabando internacional de drogas y “lavado” de dinero.
La Dirección Antinarcóticos reveló en agosto de 2018 a EL UNIVERSAL que rebeldes del ELN, la última insurgencia colombiana y en armas desde 1964, cobraron 70 dólares por kilogramo para garantizar la salida de los cargamentos de cocaína de ese país hacia el puerto mexicano de Manzanillo, sobre el litoral de México en el Océano Pacífico, para el CJNG.
Autoridades policiales y militares colombianas confirmaron a este periódico que hay un incesante despliegue de narcotraficantes mexicanos en Colombia, Ecuador, Perú y Centroamérica para dirigir la producción, el transporte, la distribución y la comercialización de cocaína, en pequeñas misiones o tareas “hormiga” y en gigantescos operativos de toneladas.
El gobierno de Colombia alertó, en enero de 2017, sobre un inesperado aumento desde 2014 del ingreso de narcotraficantes mexicanos—en especial de los cárteles de Sinaloa y de CJNG— a zonas “no turísticas” de ese país para comprar cocaína.
La presencia fue detectada en áreas de producción de esa droga, como los sureños departamentos de Putumayo y Nariño, fronterizos con Ecuador, y en el nororiental Norte de Santander, limítrofe con Venezuela.
La alarma sobre la acelerada incursión criminal de mafiosos mexicanos encubiertos como turistas, empresarios, trabajadores o estudiantes quedó registrada en un memorando de la cancillería de Colombia y en una nota de la Fiscalía General de la Nación.
EL UNIVERSAL