LA TÓXICA ELECCCIÓN INTERNA DE MORENA
Javier Chávez Ataxca
Con excesiva musculatura y tan protagónico y perseguido como barco, Morena ha estirado la liga al límite en su proceso interno para la selección de candidatos, con candentes duelos en zonas del tablero como Cancún y Tulum. No sorprende la rebelión en un partido sin liderazgo local y con muchos diablos sueltos.
La negativa de su senadora Marybel Villegas a reconocer los resultados de una encuesta que dan como vencedora a la alcaldesa Mara Lezama ha sido el principal estallido del conflicto que puede balcanizarse con graves efectos para el partido a vencer, porque Marybel además de anunciar que impugnará el proceso arremetió contra el principal soporte partidista de Mara Lezama: el Verde Ecologista, descrito en su carta como “lo más parecido a una mafia”.
Marybel y Mara han concentrado toda la presión del juego y en su combate pueden desgastarse hasta el debilitamiento, porque cada una representa un proyecto con carril propio hacia la gran guerra de 2022 por la silla del gobernador Carlos Joaquín González. Otros protagonistas contemplan el encontronazo de Cancún que puede dar alas al diputado federal Luis Alegre Salazar y al senador José Luis Pech, ambos de Morena. Pero en el PAN y el PRD tendrán algo que decir, llegado el momento culminante.
EL “ABORTO” DE MORENA
Julian Santiesteban
Morena gobierna, hasta ahora, tres municipios, los más representativos de la entidad por población, actividad económica e importancia política. En el partido del presidente, Andrés Manuel López Obrador, pensaban además que podían sumar otras demarcaciones como Tulum, en donde hay perfiles interesantes, pero cuyo nivel de confrontación ha generado la “tormenta perfecta” para, por separado, desbarrancar toda posibilidad de que ese ayuntamiento sea uno más de la 4T.
A Jorge Portilla Manica le ha quedado muy incómoda la posición y su propio discurso, pues dijo en su momento que Tulum no puede seguir gobernado por bandidos, por eso rompió desde este sábado, pues negociar con el abanderado elegido de Morena, Marciano Dzul Caamal, era sumarse a eso que criticó, pues el ex alcalde tiene a su hermana –también ex alcaldesa, vaya cacicazgo- que enfrenta un proceso por el delito de uso ilícito de atribuciones y facultades. En pocas palabras, se agenciaron recursos públicos para engordar fortunas privadas. Pero otros dos aspirantes también han roto posibilidad de apoyar a la 4T en ese sitio: Filiberto Tah Balam y David Ortiz Mena; el primero joven con raíces profundas entre liderazgos históricos de la zona maya y el segundo, nada menos que el presidente de los hoteleros.
En Benito Juárez, Marybel Villegas Canché; en Othón P. Blanco, Florentino Balam Xiu, y probablemente Cristina Torres Gómez (si es que por esta hora no se ha ido a contender por el PT-MAS, previa notificación al Ieqroo), deberán aun resolver los cuestionados procesos internos, pero son de advertirse también las pocas probabilidades que hay de ello, porque en la misma convocatoria los mismos son considerados “irrevocables” y así lo aceptaron los aspirantes.
La única posibilidad, parece, es buscar espacios por otros partidos, o sumarse a otros candidatos y encontrar, en esa combinación, un mejor posicionamiento político para el 2022. Lo importante era sumar, pero parece que en Morena sólo saben restar y dividir…al tiempo.
IEQROO Y TEQRO MÁS DESACREDITADOS QUE NUNCA
Ángel Ramírez
Decepcionante por decir lo menos, es la participación de los órganos electorales de Quintana Roo, el IEQROO y el TEQROO, en relación al tema de los aspirantes independientes a las alcaldías. Ayer el primero permitió el registro oficial de Rufina Cruz Martínez, como candidata independiente a la alcaldía de Othón P. Blanco, a sabiendas que la documentación presentada por la aspirante al inscribirse, violenta la ley.
Durante un mes, se supo que Rufina pagó firmas, utilizó el padrón y los alcances de algunos programas federales, como los micros créditos, para “planchar” credenciales de elector y sumar, todo esto documentado, y aun así el IEQROO le dio el registro. El TEQROO, por su parte, había desechado la impugnación de Nabil Eljure, el aspirante más cercano a Rufina en la recaudación de firmas; lo bateó con el argumento de que era aspirante y no candidata, antes el IEQROO esgrimió el “obrar de buena fe”, aceptar a la regidora con licencia, la documentación de registro.
Ante la autoridad jurisdiccional quedó documentado que, hasta diciembre 3 del 2020, Rufina era militante del partido Movimiento Ciudadano, lo que contradice la norma para inscribirse al proceso de aspirantes independientes, de no serlo en los dos años anteriores al día de la elección, además de ser regidora con licencia, después de registrar sus aspiraciones, dicen que Rufina es la estrategia para debilitar al candidato de MORENA en Chetumal.
Era de esperarse, la segunda impugnación de Nabil tampoco procedió. Según fluye en el propio IEQROO, la aspirante argumentó en un derecho de audiencia indebida otorgada por la propia institución, que la señalada era su homónima, no ella. Nabil y un grupo de jóvenes rebasaron con mucho esfuerzo e inversión propia más de 8 mil firmas, y les fue negada la candidatura independiente. Hay un partido que hasta este momento pretende llevarlo a la elección del 6 de junio. Eso detonó que algunos cuestionaran la honestidad de Nabil, “Tirios y Troyanos”; Pero, si la partidocracia no deja operar, las candidaturas independientes son hechas a un lado por la corrupción y la impunidad, y los órganos electorales corrompidos, ¿Qué debe hacer un ciudadano normal para encabezar un proyecto político como este, sin ser juzgados y linchados, doblar los brazos?, amigo lector, como siempre, tiene usted la mejor opinión.
MARYBEL, LA IMPRESENTABLE EN FIESTA AJENA
Jorge Castro Noriega
Marybel Villegas es como el amigo “mala copa” al que invitas a tu celebración de cumpleaños: Se emborracha con un par de tragos; alegre, se siente primero dueño de la fiesta y luego, impertinente, insulta y pelea con los demás invitados; se mete sin permiso a revolotear la recámara principal y al final, casi inconsciente por los excesos, se vomita fuera de la taza. Claro, al día siguiente ni se acuerda, pero al anfitrión seguro no le quedarán más ganas de volverlo a invitar.
Pues bueno, algo así está padeciendo Morena en estos momentos con ella, cuando al no haberse visto favorecida con el resultado de la Comisión Nacional de Elecciones que se decantó por Mara Lezama para la candidatura de Cancún, rompió el pacto de unidad que había firmado días antes (prometiendo respetar sea cual fuera la decisión), amenazó con impugnar el resultado, arremetió contra el Partido Verde aliado de Morena, puso en duda la legitimidad del proceso y de las decisiones de los dirigentes nacionales y, de paso, está poniendo en riesgo con el descontento que se ha generado, las candidaturas en los demás municipios.
Marybel, de un pasado salpicado de colores de todos los partidos por los que ha transitado, fue invitada por Morena como candidata externa en el 2018 y ganó, es cierto, con una altísima votación, pero no porque fuera tan popular, sino porque venía de haber sido delgada de Sedesol en Quintana Roo en el gobierno de Peña Nieto y trazó una adelantada campaña a la gubernatura repartiendo millones de pesos en supuestos “apoyos sociales”. Y ya después, travestida al morenismo, el arrasador “Efecto AMLO” le multiplicó las simpatías ganadas con los recursos ilimitados que le dio el PRI.
En cuanto llegó al Senado enseñó el cobre y se peleó con todos. Lo mismo arremetió contra la entonces dirigente Yeidckol Polenvsky, que lo hizo contra diputados federales y senadores de su partido, contra el gobernador Carlos Joaquín, contra el Congreso local (que allanó tirando la puerta), contra alcaldes y muchos más. Y hoy, habiendo prometido -y firmado- competir en buena lid por la Presidencia de Cancún, borró de sus redes los acuerdos pactados, la foto sonriente con Mara ofreciendo unidad, desconoció los resultados, irrespetó a los mandos políticos de Morena y está a punto de “guacarear” fuera de la taza. Vamos a ver qué tanto la aguantan más los anfitriones de la fiesta, antes de sacarla a dormir a la banca del parque.
LAS CANDIDATURAS DE LA DISCORDIA
Anwar Moguel
En Morena nunca nada es simple. Los conflictos, la discordia, la terquedad y el autoritarismo fluyen en su ADN político a nivel mitocondrial, herencia de su origen paterno del priismo más arcaico, y materno de la caníbal izquierda mexicana, tan alejada de su propia ideología y tan presa de sus deseos de poder y dinero.
En este fin de semana, el carácter genético del partido guinda se dejó ver con toda claridad en la definición de las candidaturas -las más importantes ya estaban listas al corte de esta columna- donde a golpe de dedazo y de otras oscuras negociaciones se tomaron algunas decisiones cuestionables, que ponen en riesgo el triunfo moreno en algunos municipios.
Y no, no estoy hablando de Cancún donde tanto Mara como Marybel -quien ya amenazó con impugnar el proceso interno- tenían los números a su favor, lo que no es el caso en Playa del Carmen (Solidaridad) y Chetumal (Othón P. Blanco), donde los elegidos para contender muestran claras vulnerabilidades que abren la posibilidad de ganar a sus opositores.
Laura Beristain, alcaldesa de Solidaridad, estará yendo a la reelección con un severo desgaste y con la mayoría de los playenses descontentos por un gobierno al que califican de rapaz e inoperante, dando una buena oportunidad a Gabriel Mendicuti y hasta a la panista Lili Campos Miranda de arrebatar el Ayuntamiento a los guindas.
Lo mismo sucede en el municipio capitalino, donde Luis Gamero es identificado como la continuidad de la administración de Otoniel Segovia, gobierno que se ha llevado el premio al peor de la historia en OPB.
Pero Morena, en su soberbia, apuesta a que la marca del presidente se imponga sobre el sentido común de los votantes, sin embargo, la jugada es riesgosa y les puede salir muy caro, pues en una de esas muestran que no son invencibles y los adversarios tomarán nota para la crucial batalla del 2022.